La imagen que hoy comparto es una de las más famosas del mundo, pero menos son los que conocen el origen y la simbología de esta escultura, que se ha convertido en el principal símbolo de la ciudad de Copenhagen.
La sirenita se encuentra situada en uno de los muelles del puerto, muy cerca del Palacio de Amalienborg y de las principales cervecerías históricas del país. Este detalle no es una casualidad, ya que la escultura tiene relación con ambos. Fué precisamente uno de los principales empresarios cerveceros del país, Carl Jacobsen, el mecenas que encargó la escultura a Eriksen en 1913 para donarla posteriormente a la ciudad.
La escultura representa uno de los personajes de los cuentos de Andersen. El escultor había elegido como modelo a la bailarina Ellen Price, primera figura del Ballet Real, pero ésta se negó a posar desnuda para el artista, por lo que la estatua retrata el cuerpo de su esposa con la cara de la bailarina.
Cuando la ves por primera vez tienes la sensación de dejà vu, ¡ha sido reproducida tantas veces!. Pero siempre hay algún detalle que las fotografías no te muestran. Mi principal sorpresa fue ver la inmensidad de gente que había intentando hacerse una foto al lado de la sirenita. Los más atrevidos? los japoneses que por sacarse una fotografía junto a ella se olvidan de que está en el agua!... y más de uno prueba las frías aguas del Báltico.
Pero la mejor imagen es la de fotografiar a los fotógrafos, aquélla que muestra cómo un único personaje de bronce es capaz de recibir cientos de impactos de cámaras de turistas sin pestañear. En un próximo post os la enseñaré.