jueves, 26 de marzo de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Beijing. China

A las afueras de Beiging se encuentra el Templo de la Gran Campana, único en su género en China. En realidad, no solamente alberga una campana sino que se trata de un Museo de Campanas Antiguas. Se construyó durante el reinado de la dinastía Ming, y se dedicaba a celebrar los rituales para propiciar la lluvia.
La reliquia más apreciada por la población es una enorme campana budista fundida en el mismo período. Pero en realidad son más de 700 las campanas que se exponen, tanto Chinas como de otras procedencias. Las más preciosas son de jade, pero las hay de bronce y de hierro también. 
La fotografía que hoy comparto es del Gran Campanario. En su interior, suspendida está la Gran Campana Yongle, de más de cinco metros de altura y 47 toneladas de bronce. Sobre ella hay grabados más de 100 sutras y mantras budistas en caracteres chinos y su tono dulce se transmite hasta doce kilómetros de distancia.
Pero no sólo la campana es una joya, el campanario es una maravilla. Elaborado íntegramente de madera sin la utilización de un solo clavo, es una obra de carpintería de las más hermosas que he visto en mi vida.
Tuve la oportunidad de asistir a un concierto de campanas y comprar un CD de música interpretada por los artistas que conocen a la perfección el sonido y la intensidad de cada uno de sus golpes.