La fotografía que hoy comparto es otra de esas que todo el mundo reconoce. Se trata de la Biblioteca de Celso, en la antigua ciudad de Éfeso, en la provincia romana de Anatolia. Ya os mostré en otro post un ángulo distinto de este edificio y os conté algo del personaje al que va dedicado.
Se trata de uno de los únicos vestigios que pueden dar evidencia de lo fueron las bibliotecas en la antigua Roma. Mediante sucesivas restauraciones se ha conseguido reproducir fielmente lo que eran ese tipo de edificios públicos y conocer la importancia que tenía la cultura en el Imperio, puesto que no se limitaron a construir bibliotecas en la Roma Imperial, sino a lo largo de todas sus provincias.
Los estudiosos de la época explican que estas bibliotecas albergaban colecciones enteras de rollos y volúmenes de todas las disciplinas: literatura, arquitectura, filosofía, ingeniería, estrategia militar... que se ponían a disposición de los estudiosos y de los viajeros que llegaban a esas lejanas provincias del Impero.
Una curiosidad es que el edificio está orientado al Este para, tal como dijo Vitrubio, ser una fuente de inspiración y sabiduría para los madrugadores.
La biblioteca tiene una fachada espectacular, que es la parte que ha sufrido mayor restauración, a pesar de que cuando penetras en su interior te parece muy pequeña para tanta sabiduría. O quizás es que no puedes apreciarla en su totalidad en soledad. Hay tantos turistas que es imposible.