ITERUM
A veces, cuando estás frente a un paisaje, te parece que ya has estado
ahí. Eso es lo que ocurre cuando te enfrentas al panorama que hoy
comparto. Ha sido tantas veces reproducido que es como "de casa", como
"habitual", pero no por ello menos bello. Y es por esa razón que mi
cámara no pudo resistir la tentación.
Como muchos habréis identificado es la vista más fotografiada de la isla de Capri, tomada desde uno de los miradores sobre el Mar Tirreno, desde Anacapri.
Soy mediterránea por naturaleza y por los cuatro costados, contemplo el mar cada día y me siento segura cuando estoy cerca, pero os puedo asegurar que el Mediterráneo allí es diferente. Nunca en mi vida había visto el agua del color azul ultramar que contemplé mientras, en bote, nos dirigíamos a visitar la Cueva Azul para contemplar otra de las maravillas que esconde esa costa.
Esa cueva deja penetrar apenas unos rayos de luz por una pequeña abertura sobre el mar (por la que tienes que entrar tumbado totalmente en el bote) que inciden en el agua interior, haciendo que se ilumine desde abajo, creando un efecto único en el mundo. Quizás por eso, el emperador Tiberio la eligió como su piscina particular, descendiendo desde su palacio por pasadizos secretos hasta su orilla, y bañándose en soledad y disfrutando de uno de los privilegios digno de un César.
Como muchos habréis identificado es la vista más fotografiada de la isla de Capri, tomada desde uno de los miradores sobre el Mar Tirreno, desde Anacapri.
Soy mediterránea por naturaleza y por los cuatro costados, contemplo el mar cada día y me siento segura cuando estoy cerca, pero os puedo asegurar que el Mediterráneo allí es diferente. Nunca en mi vida había visto el agua del color azul ultramar que contemplé mientras, en bote, nos dirigíamos a visitar la Cueva Azul para contemplar otra de las maravillas que esconde esa costa.
Esa cueva deja penetrar apenas unos rayos de luz por una pequeña abertura sobre el mar (por la que tienes que entrar tumbado totalmente en el bote) que inciden en el agua interior, haciendo que se ilumine desde abajo, creando un efecto único en el mundo. Quizás por eso, el emperador Tiberio la eligió como su piscina particular, descendiendo desde su palacio por pasadizos secretos hasta su orilla, y bañándose en soledad y disfrutando de uno de los privilegios digno de un César.