El Sur de Egipto es tierra nubia. Los nubios vieron como la finalización de período colonial inglés dividió su tierra en dos: una incluida en el territorio egipcio y otra en el Norte de Sudán. Es curioso como los nubios delimitan sus territorios por el curso del río Nilo, deteminando que sus antiguas posesiones alcanzaban desde la primera a la séptima catarata. Curiosa forma de poner los límites geográficos a un dominio.
Los nubios se distinguen morfológicamente de los egipcios. Su tez es mucho más oscura, sus ojos son azules, pero lo que más les distingue es que tienen una ideosincrasia muy particular: tienen lengua propia y sus costumbres están muy arraigadas en su pueblo.
Llegar al templo de Philae dedicado a la diosa Isis, en plena tierra Nubia, es un corto viaje desde Asuán por tierra, pero tiene la particularidad de que al templo no se puede llegar si no es en barca, puesto que se halla erigido en una isla.
Lo curioso es que el templo toma el nombre de la primigenia isla en la que fué construido pero que quedó anegada con la construcción de la presa de Asuán. Igual que Abbu Simbel, y bajo el patrocinio de la UNESCO, fue desmontado piedra a piedra y vuelto a construir, esta vez en la isla Agilkia, pero conservando el nombre de Philae, su primer asentamiento.
Es uno de los templos más bellos de Egipto y las fotografías que se pueden tomar son espléndidas, puesto que se puede ver desde todos los puntos de vista desde el agua y desde tierra.
La fotografía que hoy comparto es de un grupo de columnas del kiosko de Trajano, con capiteles representando la flor de loto. Está tomada con los últimos rayos de sol de la tarde, con esa luz tan especial que tiene esa hora.