Ya os confesé mi vena totalmente Mediterránea. Amo el mar por encima de cualquier otro paisaje, pero puedo estremecerme frente a cualquier entorno natural, y me ha ocurrido en muchas ocasiones a lo largo de mis viajes.
La fotografía que hoy comparto es de uno de esos paisajes que me impactó y me cautivó. Son los campos de Castilla-La Mancha, en ruta desde las Lagunas de Ruidera hacia La Osa de Montiel.