Una de mis pasiones es la ópera. Aprovecho cualquiera de mis viajes para visitar los teatros de la ópera y, en caso de que sea temporada de representaciones, asistir a alguna de ellas.
Uno de los teatros de la ópera más bonitos que he visto es el Palais Garnier, sede de la ópera de París. Se trata de un edificio monumental, enorme, con una capacidad de más de 2.000 espectadores. Está decorado de forma muy opulenta, mármoles en las paredes, columnas y lujosas estatuas de dioses y diosas de la mitología griega, así como bustos de bronce de compositores famosos, hojas doradas, ninfas y querubines.
La fotografía que comparto es de la cúpula central del teatro, una enorme semi-esfera decorada que sostiene una araña que pesa más de seis toneladas. En el momento de su realización, en 1964, fue motivo de controversia porque muchos de los espectadores consideraron que desentonaba con la decoración neoclásica del resto del teatro. Pero transcurridos los años, hoy en nuestros días, la figura de su autor, Marc Chagall, es un valor que no admite discusión.
