sábado, 31 de octubre de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Templo de Garni. Armenia

Cuando empecé a planear nuestro viaje a Armenia mi desconocimiento del país era absoluto. Poco o nada sabía de ese maravilloso país y, cuando estuve en él, me di cuenta de que era mucho menos de lo que había leido o imaginado. 
Por estar en una encrucijada de caminos, Armenia ha sido tierra de paso y también de múltiples asentamientos desde la Prehistoria. Cada una de las culturas y civilizaciones que fijaron su residencia en esas tierras dejó vestigios importantes esparcidos por todo su territorio. 
Uno de los más sorprendentes es el Templo de Garni, construido en el siglo I por el rey Tiríades I de Armenia, con la financiación de Nerón, emperador romano, que le facilitó los fondos necesarios para su construcción cuando el rey armenio visitó Roma.  
Se trata de un templo de estilo helenístico, conformado por columnas con capiteles jónicos de gran belleza, construido íntegramente en basalto que le confiere ese color grisáceo tan distinto al de los templos helenísticos de Europa, realizados en mármol blanco. 
Todo el recinto es maravilloso, hecho que no pasó desapercibido a los reyes armenios de la época que fijaron su residencia de verano en ese lugar, construyendo un palacio y unas espectaculares termas, con un sistema de calefacción basado en pilones bajo el suelo que dejaban pasar el agua caliente y una zona más lujosa con mosaicos dignos de un rey.
Esa fue nuestra última visita en Armenia y, después de ver tantas maravillas, no hizo más que engradecer la sensación de que habíamos visitado un bellísimo país.