En alguno de mis posts os conté mi primera experiencia en el avistamiento de ballenas. Para mí, fue una experiencia inolvidable, que aunque he repetido en varias ocasiones, ninguna puede igualarse a esa primera vez.
La fotografía que hoy comparto es precisamente del momento del atraque del buque en el que fuimos a alta mar para verlas. El puerto desde el que salimos y al que volvimos es Tadoussac, en Canadá. Un pueblo precioso que no os podéis perder si visitáis ese país.
Recuerdo haber pasado una de las noches más maravillosas de mi vida, sintiendo la paz, leyendo un libro en un salón con una enorme chimenea y viendo como el resto de huéspedes compartía con nosotros esa misma sensación de bienestar.