El Renacimiento italiano trajo consigo numerosas innovaciones arquitectónicas que se plasmaron en edificios civiles y militares: palacios, iglesias, puentes, escalinatas, columnatas, así como en la escultura y la pintura.
Una de esas novedades, que se incorporó de forma especial en catedrales, fue la construcción de campanile exentos. Especialmente hermosos me parecen los que se erigen adyacentes a los imponentes edificios de dos de las catedrales que más me gustan: San Marco en Venecia (en la foto) y Santa Maria dei Fiori en Florencia.
Me fascinan estos campanarios, esbeltos y altos que apuntan hacia el cielo como lanzas. Seguro que sus artífices pensaron que las personas que tuvieran la fortuna de acceder a lo más alto se sentirían como aves a punto de echar a volar en un momento en que ese sueño era impensable para la Humanidad.
Una de esas novedades, que se incorporó de forma especial en catedrales, fue la construcción de campanile exentos. Especialmente hermosos me parecen los que se erigen adyacentes a los imponentes edificios de dos de las catedrales que más me gustan: San Marco en Venecia (en la foto) y Santa Maria dei Fiori en Florencia.
Me fascinan estos campanarios, esbeltos y altos que apuntan hacia el cielo como lanzas. Seguro que sus artífices pensaron que las personas que tuvieran la fortuna de acceder a lo más alto se sentirían como aves a punto de echar a volar en un momento en que ese sueño era impensable para la Humanidad.