Hay fenómenos que no tienen explicación aparente, aunque afamados científicos intenten desentrañar su misterio.
Este es el caso del Candelabro de la península de Paracas. Se trata de un geoglifo de grandes dimensiones cuyo diseño sobre la arena asemeja la figura del objeto del cual toma el nombre.
Las últimas investigaciones científicas lo relacionan directamente con los geoglifos de Nazca, tanto por su enorme tamaño como por su antigüedad, de aproximadamente 2.500 años, en que nunca se ha borrado.
La mejor forma de poder verlo en toda su extensión es desde el mar. Nada como tomar una lancha neumática desde Paracas y recorrer el trayecto que te lleva a las islas Ballestas. Preciosas, por cierto, con una fauna maravillosa: albatros, frailecillos, elefantes marinos, delfines....
Es una travesía especial, plagada de sorpresas y lugares maravillosos.
Cuando divisas por primera vez el candelabro te asalta la duda de que todo sea un engaño y que miles de duendecillos cada noche repasen sus líneas sin parar para, a la mañana siguiente, ocultarse entre las rocas del mar junto con las sirenas mientras éstas entonan sus maravillosos cantos.