sábado, 4 de julio de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Angkor Wat. Camboya

La imagen que hoy comparto con vosotros es tan famosa que parece que la fotografía no sea original. Eso es lo que pasa cuando haces fotografías desde el mismo punto en el que se han situado miles de otros fotógrafos. Pero no puedo resistirme a mostraros mi versión, porque la experiencia y el lugar merecen que le dedique un post.
Visitar los templos de Angkor es una experiencia maravillosa, inolvidable. Para todos los amantes de la arqueología, de la Historia del Arte y de las culturas lejanas, es lo que ahora los modernos llaman "must it", es decir, un imprescindible.
Angkor Wat es la construcción religiosa más grande del mundo. Formado por numerosos templos, construidos por el imperio Jemer entre los siglos XI y XIV, su capital, Angkor llegó a ser un emplazamiento con más de medio millón de habitantes, mientras que en el recinto amurallado de los templos, vivían aproximadamente unas veinte mil personas dedicadas a la veneración del dios Visnú.
Se trata de una construcción colosal que visitamos a primera hora de la tarde. Os aseguro que nunca, en ninguno de mis viajes, he pasado tanto calor como en esa visita. Soy poco amante de salir en las fotografías, pero en las de Angkor mi aspecto es tan patético que resulta difícil de explicar con palabras. El calor es húmedo, intenso, como una sauna. Si a eso le añades que la visita exige subir y bajar por escaleras empinadísimas y hacer recorridos por explanadas de losas de piedra sin ninguna sombra, la fórmula está servida.
Pero la fotografía muestra la imagen amable de Angkor, el Wat en toda su magnificencia, apenas entorpecida por una libélula que quiso apuntarse a la foto.