jueves, 16 de julio de 2015

SON LAS FOTOGRAFIAS DE MIS VIAJES. Praga. República Checa

Nuestro primer viaje fuera de España fue a Praga y Budapest. Nunca antes habíamos salido de nuestras fronteras, cuando todavía las había, y nos parecía toda una aventura. Ahora, visto con la perspectiva de miles de kilómetros a nuestras espaldas, ese viaje es como una joya que una guarda en una caja musical y que de vez en cuando saca, observa y acaricia al son de la música.
Praga es una de las capitales más bonitas de Europa. Destino turístico de primer orden en la actualidad, cuenta con un patrimonio artístico maravilloso. El Castillo, con su callejón del Oro, el Puente de Carlos, el barrio judío, las cervecerías, los teatros de títeres, Mala Strana, la Torre de la Pólvora y, como no, el reloj astronómico en el centro de la Ciudad Vieja.
El reloj, situado en la pared trasera del Ayuntamiento de la ciudad, es una de las atracciones turísticas más visitadas, sobre todo a las horas en que su mecanismo se pone en funcionamiento y ofrece un espectáculo digno de la fama que le precede.
Se trata de un reloj astronómico con tres componentes principales. Una de ellas es el denominado cuadrante astronómico que representa las posiciones de los planetas y las estrellas, además de dar la hora. Debajo de este cuadrante astronómico está el calendario circular, en el que doce medallones dorados representan los meses del año. Y para terminar la parte del reloj que más llama la atención y la que congrega miles de turistas para ser contemplada: el Paseo de los Apóstoles, flanqueado a los lados por cuatro figuras alegóricas: la vanidad, representada por un hombre con un espejo; la avaricia, un judío con su bolsa; la muerte, un esqueleto matando el tiempo y la lujuria, un turco tocando la mandolina. 
Por las ventanitas, cada hora desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, aparecen los apóstoles, cada uno con su rasgo distintivo y al final de ellos, un gallo que lanza al aire su kikirikí y bate sus alas. 
Un maravilloso espectáculo que bien merece una visita.