Las
maravillas naturales y paisajísticas de Noruega no son su único tesoro. Sus
gentes, su educación cuidadísima, el respeto por la naturaleza, el amor que
sienten por entrar en contacto directo con ella, haciendo de sus vacaciones un
motivo de felicidad por prescindir de la mayoría de comodidades de sus hogares para
desplazarse a lugares recónditos en los que alquilan cabañas que no disponen
tan siquiera de agua corriente en mitad de un bosque o al lado de un magnífico
lago, son otros de los valores que nos diferencian. Practicar senderismo y
piragüismo son aficiones imprescindibles para ellos desde muy pequeños.
Pero no sólo
el entorno natural y sus gentes contribuyen a que Noruega sea uno de los países
más prósperos y agradables para vivir, también su cultura, fruto a veces de su
aislamiento y otras de las influencias recibidas por los comerciantes de la
Liga Hanseática y de los países vecinos.
Una de las expresiones culturales noruegas es, sin duda, el bordado Hardanger o HardangersØm, un tipo de bordado que se trabaja con el hilo blanco sobre tela blanca, mediante una técnica de contado de hilos.
No se conocen los orígenes exactos de este bordado pero se cree que procede de la Persia Antigua. Los numerosos contactos de los comerciantes italianos con Oriente Medio en el Renacimiento facilitaron su extensión hacia Italia, que lo adaptó a la famosa Reticella veneciana. A principios del siglo XVIII se extendió por toda Europa, llegando a los países boreales en los que dio lugar a variedades locales, entre las que se encuentra el Hardanger.
El auge de este bordado se produjo cuando los países nórdicos empezaron a cultivar el lino y se utilizó para confeccionar y pintar los trajes noruegos tradicionales (bunads), así como la ropa de casa para recibir a los invitados, a medida que la prosperidad se iba instalando en los hogares de comerciantes y las clases emergentes.
En la actualidad se utiliza una tela de algodón tejida en pares de hilos, lo que le da un aspecto de cuadrícula, para facilitar la técnica del contado imprescindible para realizar estas obras de arte.
Una de las expresiones culturales noruegas es, sin duda, el bordado Hardanger o HardangersØm, un tipo de bordado que se trabaja con el hilo blanco sobre tela blanca, mediante una técnica de contado de hilos.
No se conocen los orígenes exactos de este bordado pero se cree que procede de la Persia Antigua. Los numerosos contactos de los comerciantes italianos con Oriente Medio en el Renacimiento facilitaron su extensión hacia Italia, que lo adaptó a la famosa Reticella veneciana. A principios del siglo XVIII se extendió por toda Europa, llegando a los países boreales en los que dio lugar a variedades locales, entre las que se encuentra el Hardanger.
El auge de este bordado se produjo cuando los países nórdicos empezaron a cultivar el lino y se utilizó para confeccionar y pintar los trajes noruegos tradicionales (bunads), así como la ropa de casa para recibir a los invitados, a medida que la prosperidad se iba instalando en los hogares de comerciantes y las clases emergentes.
En la actualidad se utiliza una tela de algodón tejida en pares de hilos, lo que le da un aspecto de cuadrícula, para facilitar la técnica del contado imprescindible para realizar estas obras de arte.
Precioso post, alimenta mi curiosidad y las ganas de viajar besos y gracias
ResponderEliminarEs un lugar muy bonito, como todo el país. Algo diferente que sitúa valores poco apreciados en el sur, ni mejores ni peores, pero distintos.
EliminarGracias, guapísima. Un beso
Un fantástico post querida Elisenda!!!
ResponderEliminarCuanto nos queda por aprender de los Noruegos!!!
Ese respeto por la naturaleza y la educación...
Que cada vez se echa más de menos...
Menos mal que siempre hay excepciones que nos hacen seguir creyendo en el respeto y los buenos modales.
Los bordados son absolutamente maravillosos!!!
Un abrazo muyyy cariñoso y muyy feliz semana :)
No te creas, que también deben tener lo suyo. Pero en educación, en amor por la naturaleza, respeto a lo común, sí que son otro mundo.
EliminarA mí personalmente me dejó fascinada que dejen todas las comodidades para instalarse en cabañas de madera en mitad de la nada, con un lago al lado durante las vacaciones, y prescindan de todos las comodidades.
Creo que publiqué un post en el que se veía la cabaña en mitad de la tundra. Verás que lugar!!!
Un beso, guapísima.
Explicas tan bien este viaje que nos haces participe de tu aventura y descubrimiento. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado y que hayas disfrutado de la experiencia.
EliminarUn beso, guapísima.
¡Un bordado exquisito!
ResponderEliminarEra una tienda preciosa. No sabías qué quedarte. Te lo hubieras llevado todo.
EliminarGracias, Teresa por tu comentario.
Quina ciutat més bonica Bergen! La imatge del Bryggen, de postal, i tot ple de racons i detallets. Hi hem de tornar perquè l'escapada va ser massa curta.
ResponderEliminarUn petó
Per cert, se m'oblidava... molt interessant això que expliques sobre els brodats.
ResponderEliminarJo també tinc moltes ganes de tornar-hi. Em va semblar un lloc molt bonic. El carrer que encara conserva les cases antigues, les úniques que es van salvar dels incendis, em va enamorar.
EliminarA veure si coincidim! T'imagines tornar a veure'ns en algun lloc de fora per casualitat!
Petons, guapíssima.