martes, 7 de julio de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Mae Hong Son. Thailandia

Los que seguís mis posts recordaréis la aventura que supuso llegar al poblado de las denominadas Mujeres Jirafa, en la jungla de Thailandia.
Os comenté que para llegar hasta el poblado tuvimos que cambiar de medio de transporte en cuatro ocasiones. Primero, vehículo todoterreno por caminos montañosos con muy poco de carretera, en segundo lugar el lomo de un elefante, después un buen trecho a pie, y por último una canoa con motor portátil a hélice.
De todos los trechos recuerdo con especial cariño los recorridos en elefante y canoa. 
Os contaré la aventura del trecho en elefante. Para subirnos al paquidermo tuvimos que ascender por una escalera de mano hasta llegar a una especie de plataforma con techito de paja, en la que nos esperaba un manojo de plátanos para poder seducir al animal y ofrecerle recompensas durante el camino. A ambos lados del lomo una silla de madera. Me tocó la de la izquierda.
El primer obstáculo que tuvimos que sortear fue un río. Evidentemente, el animal ni se lo pensó. Entró en el agua como una exhalación. A ella, la elefanta, no le importó que el agua le llegase a la altura de sus orejas, pero nosotros teníamos el agua hasta las rodillas. Atravesó el río hasta la otra orilla y empezó la ascensión por una colina hasta llegar al pequeño sendero que iba bordeando el río, eso sí, a una altura considerable que hacía que la silla de la izquierda, es decir la mía, estuviera todo el rato flotando sobre el precipicio. El camino era tan estrecho, inclinado y resbaladizo (estábamos en un bosque húmedo de teca en mitad de la jungla) que la elefanta tenía que tantear con su trompa el lugar en el que colocar el pie antes de asegurar el próximo paso. Cómo véis toda una aventura que duró aproximadamente dos horas, hasta que llegamos al embarcadero de la canoa. Pero ese es otro capítulo.
La fotografía que hoy comparto es de la cría de la elefanta, que nos acompañó durante el viaje. La tomé mientras estábamos a lomos de su madre, con el agua hasta las rodillas cruzando el rio Kwai, famoso por la novela y la película que narra la construcción del ferrocarril de Birmania.