lunes, 4 de julio de 2016

SON LAS FOTOGRAFIAS DE MIS VIAJES. Lagunas de Ruidera. España

Cada vez que viajo lo que más me angustia es tener que cambiar el chip totalmente para acercarme a lo desconocido. Ese desconocido que me produce cierto desasosiego y a la vez mariposas en el estómago provocadas por la emoción de explorar, aprender, conocer y volver siendo otra.
Hablar en un idioma que no es el mío, hospedarme en lugares insólitos, comer alimentos desconocidos preparados de las formas más variopintas, cuidarme la salud casi con mimo y sentirme una extraña entre los habitantes del país son alguno de los factores que más me preocupan antes de iniciar el viaje. Pero todos ellos se desvanecen en cuanto piso mi destino.
Viajar por España tiene de bueno, aparte de muchas otras cosas, que estos problemas iniciales me los ahorro. El idioma no es problema, los hospedajes son muy buenos, la gastronomía es espléndida, cuidarme la salud no es un asunto prioritario y, además no me siento una extraña.
Sin embargo hay un factor importante. Cuando los habitantes de un país visitan su país acostumbran a tener ciertos apriorismos que condicionan la experiencia. Por ejemplo, en mi caso, pensaba en la aridez de las tierras de Castilla-La Mancha como algo generalizado a todo el territorio. Siempre había imaginado los campos de mieses, tostadas al sol, en extensiones interminables. Poco regadío, en una palabra.
Cuál fue mi sorpresa al encontrarme de bruces con las Lagunas de Ruidera. Un paraje espectacular, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, formado por 15 lagunas en el nacimiento del río Guadiana. Lagunas de aguas transparentes y de color azul turquesa que se conectan unas a otras mediante cascadas y saltos de singular belleza. 
Este paraje fue declarado Parque Natural en 1980 por la Junta de Castilla-La Mancha para preservar su rico patrimonio forestal, geológico y animal, puesto que en sus bosques y aguas habitan especies de animales protegidas.
En un día se pueden realizar numerosas actividades en el parque: senderismo, educación ambiental, buceo, piragua y baño en determinadas zonas habilitadas en verano.


4 comentarios:

  1. Que maravilla ver las Lagunas plagadas de agua con esos saltos espectaculares. Recuerdo la primera vez que las visité hace unos 15 años, medio vacías a causa de la explotación excesiva de pozos ilegales y la falta de planificación. Afortunadamente parece que eso se ha corregido y ahora lucen en todo su esplendor.

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    1. Sí, lo mismo ha pasado con las Tablas de Daimiel. Llegaron a estar casi secas, daba una impresión!. Barcas varadas en mitad de secarrales que habían sido laguna. Ahora afortunadamente la política hidrológica de la zona ha remado en la dirección correcta.
      Un beso, queridos amigos. Cuidaros mucho.

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  2. ¡Qué gustazo verlas así de exuberantes! Estuve allí en el 92 y apenas había agua. Era más desierto que humedal. Tendré que ir por allí de nuevo sí o sí y borrar aquella triste imagen que conservo.

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  3. ¡Que suerte tuviste de cerlas con tanta agua!!!

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