El Patrimonio cultural de México es tan amplio que
no basta con un solo viaje para conocerlo siquiera superficialmente. Los tours
organizados normalmente se centran en mostrar los yacimientos más famosos como
Chitchen Itzá, Tulum y Palenque, dejando a un lado otros que, personalmente, me
parecieron tan interesantes como éstos por sus rasgos diferenciales.
Es el caso de los yacimientos de Uxmal y Kabah, mis preferidos, sin duda. Quizás después de haber visitado Palenque y Chitchen Itzá, encontrarme frente a estos dos yacimientos, principalmente el de Uxmal fue una gran sorpresa, puesto que difieren mucho de los anteriores, tanto por las estructuras arquitectónicas como por el enclave en el que están radicados.
Particularmente bella es la denominada Pirámide del Adivino, a la que persigue, como en casi todos los casos de la cultura maya, una leyenda sobre su origen. Cuenta la leyenda que un enano, nacido de un huevo custodiado por una bruja de Uxmal, construyó la pirámide en una sola noche. Tal fue su felicidad que se puso a tocar un tambor haciendo sonar una música que llegó hasta Palacio. La bruja le había conferido a ese enano la capacidad de adivinar el futuro, así que le fue fácil conocer cuál sería el destino del rey de Uxmal, al que los oráculos habían predicho que cualquier músico que ejecutase una melodía en su reino le destronaría.
El rey, valiente, quiso enfrentarse al enano y le llamó para un duelo de difíciles pruebas. En todas y cada una se impuso el enano, destronando al rey y sucediéndole en la corona.
La pirámide es bellísima y singular. Sus tres primeras terrazas son ovales y las dos siguientes piramidales, como es costumbre maya. Las escaleras son unas de las más empinadas que he subido en mi vida (a excepción de Angkor Wat), construidas para que las personas no pudieran levantar la mirada y tuvieran que seguir su ascensión en posición de sumisión. Subir cuesta, pero bien vale el esfuerzo, puesto que la vista desde la terraza superior es bellísima, tanto del yacimiento como de los bosques que todavía albergan en sus entrañas la mayoría de la ciudad antigua.
Una curiosidad es que en este yacimiento fue la primera vez que pude ver iguanas en libertad, enormes, mirándote fijamente, con sus lenguas fuera de la boca. Os aseguro que el susto fue mayúsculo. Con el miedo que les tengo….
Es el caso de los yacimientos de Uxmal y Kabah, mis preferidos, sin duda. Quizás después de haber visitado Palenque y Chitchen Itzá, encontrarme frente a estos dos yacimientos, principalmente el de Uxmal fue una gran sorpresa, puesto que difieren mucho de los anteriores, tanto por las estructuras arquitectónicas como por el enclave en el que están radicados.
Particularmente bella es la denominada Pirámide del Adivino, a la que persigue, como en casi todos los casos de la cultura maya, una leyenda sobre su origen. Cuenta la leyenda que un enano, nacido de un huevo custodiado por una bruja de Uxmal, construyó la pirámide en una sola noche. Tal fue su felicidad que se puso a tocar un tambor haciendo sonar una música que llegó hasta Palacio. La bruja le había conferido a ese enano la capacidad de adivinar el futuro, así que le fue fácil conocer cuál sería el destino del rey de Uxmal, al que los oráculos habían predicho que cualquier músico que ejecutase una melodía en su reino le destronaría.
El rey, valiente, quiso enfrentarse al enano y le llamó para un duelo de difíciles pruebas. En todas y cada una se impuso el enano, destronando al rey y sucediéndole en la corona.
La pirámide es bellísima y singular. Sus tres primeras terrazas son ovales y las dos siguientes piramidales, como es costumbre maya. Las escaleras son unas de las más empinadas que he subido en mi vida (a excepción de Angkor Wat), construidas para que las personas no pudieran levantar la mirada y tuvieran que seguir su ascensión en posición de sumisión. Subir cuesta, pero bien vale el esfuerzo, puesto que la vista desde la terraza superior es bellísima, tanto del yacimiento como de los bosques que todavía albergan en sus entrañas la mayoría de la ciudad antigua.
Una curiosidad es que en este yacimiento fue la primera vez que pude ver iguanas en libertad, enormes, mirándote fijamente, con sus lenguas fuera de la boca. Os aseguro que el susto fue mayúsculo. Con el miedo que les tengo….
Y el bajar.. como lo hiciste? Yo subo pero Ludo lo encuentro más difícil.
ResponderEliminarEs muy interesante el post Elisenda
Bajar fue peor que subir! Esas escaleras son de vértigo. Tienes que hacerlo de espaldas, poniendo las manos en el peldaño superior.... y no hay pocas! Cuando llegas abajo besas el suelo.
EliminarUn beso, Esperanza. Feliz noche.
Que m'agrada molt en les Conteses els nans diuen al Rei, està Bé .. i no segures por les iguanes , són inofensius, però molt lleig. Com sempre per moltes gràcies feliç durant els pocs minuts més fer-nos. Muito obrigado amiga !!
ResponderEliminarGrazas a ti, Xurxinho. Es un placer compartir los viajes con vosotros. Me alegro de hacer llegar un poco de felicidad a cada uno. Un beso, amigo.
EliminarNo conozco el yacimiento de Kabah pero sí el de Uxmal y me pareció un lugar muy interesante, tanto por sus pirámides y emplazamiento como por las leyendas que se explican.
ResponderEliminarUn abrazo
Ambos son yacimientos que me gustaron especialmente. En el de Kabah hay un muro que llaman la alfombra enroscada en la que se representan miles de serpientes emplumadas. Es el muro del Palacio y me pareció una maravilla. Quizás de lo mejor que vi en México.
EliminarUn beso, Teresa.
Bien te podrías ganar la vida como cuentacuentos, Elisenda. Disfruto muchísimo con tus entradas que tan bien ilustras con una única imagen, siempre acertadísima. Supongo que harías un cursillo rápido de escalada para ir bien preparada en ese viaje.
ResponderEliminarLa juventud de entonces permitía cualquier aventura. Ahora ni con cursillo avanzado!!!
EliminarMe alegro mucho de compartir mis experiencias contigo y estoy deseando que me cuentes tu próxima aventura....
Это великолепно ! Захватывает дух от такого величия! Молодец, Элисенда! Всегда с интересом читаю твой блог! Обнимаю!
ResponderEliminarНаталья большое спасибо. Рад поделиться с вами своими путешествиями и опытом, дорогой друг. Днем в выходные дни.
EliminarVaya, Elisenda, solo con mirar la escalera ya se cansa una, ¡uff!
ResponderEliminarLa historia del enano me recuerda a la fatalidad de Edipo.
Por cierto, ¿la iguana al ver a los humanos se asusta mucho o no? Desde su punto de vista, nosotros también somos de lo más raritos. jajajaa
Seguro que somos más raritos que las iguanas, pero están tan quietas, al sol, calentando su sangre fría que te miran con los ojos fijos, la lengua medio salida de la boca... Vaya, monísimas! A mí, los reptiles me dan un poco de repelús, los lagartos, las iguanas, los baranos, todo me estremece y no digamos las serpientes que, en cuanto las veo, empiezo a correr sin control. Un beso, querida amiga.
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